Un SÍ o un NO, nunca nos dará la razón ni a unos ni a otros. Lo único que demostrará es la constante insistencia de decidir entre dos parajes, entre dos caminos, sin darnos cuenta que el mejor camino es el del medio, el que no existe. Lo inexistente nos hace a todos principiantes, inocentes y desamparados.
Probablemente, en el momento que estemos todos totalmente perdidos podremos empezar a escucharnos.
Cristopher Burlong via Getty Images
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