domingo, 24 de agosto de 2014

La no propiedad y el acceso a la información

La propiedad intelectual como concepto se ha convertido, según Richard M.Stallman, en un cajón de sastre donde se agrupan diferentes leyes y procedimientos. Siendo así, él propone romper con esa etiqueta para así afrontar las características y peculiaridades de todo aquello que se incluye en él y separar leyes, sistemas legales, patentes y otras herramientas de derechos de autor como el Copy Right, Copy Left, Creative Commons, entre otros. En cierta manera, es una forma de tener más claro que significa cada herramienta y dejar de relacionarnos con una idea tan vaga como la propiedad intelectual: “...el primer paso consiste en olvidarte de que alguna vez oíste la expresión `propiedad intelectual´y tratar cada una de las formas de forma independiente.” (Stallman, 2004)
El problema no sólo esta en las leyes, sino también en la forma como nombramos las cosas y los usos que tomamos de ello. Si observamos, el termino “propiedad” ya tiene un cáliz negativo teniendo en cuenta los objetivos al acceso libre de la información. En ese caso, la propiedad ya queda debajo de la sombra del capitalismo imperante y apunta directamente a la capacidad individual de saber que "tengo", "poseo", alguna cosa en referencia a otras persona: se trata del individualismo y el secretismo por delante de todo. En ese caso, la cultura libre debería apostar por eliminar conceptos tales como `propiedad´ para así poder adentrarnos más en la idea generalista y colectiva de la información.

La idea de cultura libre ha salido a la luz a raíz de la aparición de la Web 2.0; la revolución de la información ha llegado a muchos lados del mundo y ha afectado a la forma como teníamos de experimentarlo. De todas formas, antes de hablar de cultura libre, sería también prudente hablar de acceso a la información. Pese a ser dos ideas que van cogidas de la mano, no debemos olvidar que el acceso a la red sigue siendo una realidad para un porcentaje del planeta bastante bajo. Así pues, ya que el concepto de “Aldea Global” de McLuhan está muy lejos de ocurrir, ¿no sería más oportuno pensar en estrategias que ofrezcan y faciliten información en países donde http:// no significa absolutamente nada?

La declaración de Lyon sobre el acceso a la información y el desarrollo tiene como objetivos la mejora de la calidad de vida y el desarrollo sostenible de todo ser humano. Según su manifiesto, creen en la importancia de la información y la cultura como emancipadoras del ciudadano y coinciden, en cierto modo, con la ya mencionada Lea Shaver en referencia a la inclusión del derecho a la información y a la emancipación intelectual como derechos humanos. Tal manifiesto, redactado por la IFLA junto algunos colaboradores y dirigido a los integrantes de las Naciones Unidas, “defiende el derecho de todas las personas al acceso a la información como un factor clave para apoyar el desarrollo, ayudando a las personas a ejercer sus derechos civiles, aprender y aplicar nuevas habilidades, tomar decisiones y participar en una sociedad civil activa y comprometida, crear soluciones a los retos del desarrollo, garantizar la transparencia y el buen gobierno y procurar un desarrollo sostenible.”

La manera en cómo esta acción afectará la cultura está por ver. De hecho, la presión y el ojo están puestos en las Naciones Unidas, las cuales tienen la responsabilidad de responder a estas instituciones ya que "es un actor determinante en la garantía de este derecho, ya sea mediante políticas públicas que promuevan la creación, el acceso y el disfrute cultural, así como mediante la reforma necesaria a las regulaciones de propiedad intelectual." (Fossati, 2014). De momento, solo se pueden hacer especulaciones al respeto, pero, sin lugar a dudas, una buena ley que permita el acceso libre a la cultura y la información potenciaría un uso seguro y amparado del conocimiento general.

1 comentario:

Mariana Fossatti dijo...

¡Gracias por compartir este punto de vista en el curso! Sin dudas hay que avanzar en infraestructura, conectividad, derechos económicos, educación y otros muchos aspectos, para garantizar el acceso a la cultura. La llamada "propiedad intelectual" (coincido contigo y con Stallman en que hay que desagregar este concepto) no es el único obstáculo, y que trabajar por un acceso real implica políticas más amplias.